Los idiomas y, en general, la cultura de un colectivo suelen transmitirse de generación en generación. Sin embargo, no ocurre así en una pequeña etnia de Myanmar. Esta tribu, con su identidad e idioma casi extintos, ha podido revivir su lengua gracias a un programa de alfabetización de Puertas Abiertas.
Además, este programa, abierto tanto para cristianos como para no cristianos, ha servido para llevar el mensaje del Evangelio a muchas personas e, incluso, algunos han aceptado a Cristo como su Salvador.