En una pequeña celda en Irán, Taher se enfrenta a los fríos muros de la prisión y empieza a susurrar una canción: es el himno que solía cantar su familia cuando se congregaban en la clandestinidad.
El sonido retumba en las paredes; cada palabra que resuena trae paz y valentía.
Lo que llevó a Taher hasta una prisión iraní es una poderosa historia llena de fe y resistencia.