«No debemos simplemente vendar las heridas de las víctimas bajo las ruedas de la injusticia, debemos clavar un radio en la rueda misma».
Dietrich Bonhoeffer
Abogamos en nombre de nuestra familia, la iglesia perseguida, con el fin de poner fin a las injusticias estructurales que perpetúan la persecución.
El equipo de propugnación de Puertas Abiertas trabaja con funcionarios, ONGs, parlamentarios, y otros responsables para influir en las esferas de gobierno en relación con el artículo 18 de los derechos humanos, el derecho internacional a la libertad de religión o de creencias. Esto se lleva a cabo a través de tres vertientes entrelazadas: la diplomacia, las campañas y la colaboración con otras organizaciones.
La diplomacia
La diplomacia garantiza que las voces de los oprimidos sean escuchadas por quienes tienen el poder de marcar la diferencia. Buscamos oportunidades para participar en conversaciones importantes, con el objetivo de influir en la opinión, presentar la realidad de la iglesia perseguida y sugerir pasos hacia adelante.
Campañas
Una sola voz marca la diferencia, pero muchas voces unidas pueden crear un movimiento de cambio. Impulsamos el grito unido de los defensores para dar el peso necesario a nuestra diplomacia silenciosa, de modo que los gobernantes escuchen y actúen sobre nuestras recomendaciones políticas.
Colaboración
Siempre que es posible, tratamos de trabajar junto a otras organizaciones para lograr el mayor impacto posible. Entre otras colaboraciones, Puertas Abiertas es parte interesada de la Comisión de Libertad Religiosa de la Alianza Evangélica con quienes trabajamos para proporcionar una voz unida por la iglesia perseguida.