Ariful* ya conoce el precio de seguir a Jesús en Daca, la capital de Bangladés, a la temprana edad de ocho años.
Cuando los padres de Ariful estaban trabajando, unos vecinos irrumpieron en su casa y, al ver al niño solo, le atacaron cruelmente, vertiendo agua hirviendo sobre su cabeza. Los agresores huyeron y llegaron otros vecinos que se apresuraron a ayudar a Ariful y llevarle al hospital más cercano, donde permaneció 10 días recibiendo un tratamiento diario para las graves quemaduras que había sufrido en la cabeza, cara, pecho y espalda.
Este ataque tan impensable y retorcido ocurrió porque los padres de Ariful siguen a Jesús y, para ello, se alejaron del islam. En su comunidad, abandonar el islam para convertirse al cristianismo se considera una traición y un tabú cultural. En los últimos años, la persecución a los cristianos se ha incrementado en este país, ya que los extremistas islámicos están obteniendo cada vez más apoyos. Nuestros colaboradores locales nos dicen que los cristianos suelen reunirse clandestinamente para evitar ataques violentos.
No es la primera vez que la familia de Ariful se enfrenta a la persecución por su fe. Antes de mudarse a Daca, Jahangir, el padre, era conocido como el hombre que abandonó el islam y arrastró a su familia con él. Debido a su nueva fe, para Jahangir fue difícil encontrar trabajo en su pueblo y sustentar a su familia. Nadie quería contratar a un «traidor».
Así que, para sobrevivir, Jahangir decidió mudarse a Daca, donde podría encontrar trabajo y nadie conocería la decisión radical que había tomado de abandonar su religión y seguir a Jesús. En teoría, la capital del país iba a ser un «lugar seguro» para su familia. Pero en un país en el que tan solo hay un 0,6 % de cristianos, su fe no tardaría en hacerse notar. «Para esta familia ocultar su fe es muy difícil», comparte un colaborador local. «Solo Dios puede protegerlos».
Cuando los vecinos de Jahangir se dieron cuenta de que la familia entera era cristiana, la persecución no tardó en llegar. Durante meses, la familia se ha enfrentado a amenazas verbales, riñas y disputas. Pero nadie esperaba este violento y retorcido ataque contra un niño.
Jahangir y su mujer, aterrorizados por lo sucedido, presentaron una denuncia en comisaría, esperando que las autoridades les apoyaran. Pero todo sigue igual. Los agresores de Ariful siguen a la fuga y nuestros colaboradores locales nos informan de que ningún sospechoso ha sido detenido.
Jahangir está consternado y decepcionado, pero sigue esforzándose cada día para alimentar a su familia y pagar por los medicamentos que su hijo necesita. La familia sigue siendo fiel a Jesús, aun en estas circunstancias tan difíciles.
Los colaboradores locales de Puertas Abiertas han apoyado a esta familia para que puedan comprar los medicamentos que Ariful necesita. «Por desgracia, no es suficiente para el tratamiento», comparte un colaborador. «Tenemos que seguir orando por la recuperación completa de Ariful».
Señor te ruego por Ariful, por una pronta recuperación física, emocional y espiritualmente, y por sus padres, para que Dios sane sus corazones. Te ruego por tus hijos en Bangladés, que tú permitas que se mantengan firmes en ti. Amén.