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Todos sabemos lo peligroso que es seguir a Jesús en Corea del Norte. Este país bajo una dictadura comunista lleva más de 20 años ocupando uno de los primeros puestos de la Lista Mundial de la Persecución —en la última LMP figura como el lugar más peligroso del mundo para ser cristiano.
Aunque sea de dominio público, sigue siendo escalofriante escuchar noticias que evidencian el gran riesgo que corren los cristianos en Corea del Norte. La emisora Radio Free Asia ha comunicado que cinco cristianos han sido detenidos recientemente durante una reunión religiosa clandestina. Los creyentes estaban orando juntos en una granja en Tongam, un pueblo en la provincia central de Pyongan del Sur, cuando la policía realizó una redada, deteniéndolos y confiscando los materiales que tenían.
Radio Free Asia (RFA) ha sido informada de que el grupo se reunía semanalmente y que la redada se produjo tras un chivatazo. La policía encontró docenas de folletos bíblicos y detuvo a los cinco creyentes que se encontraban allí.
Se desconoce la situación exacta de los cinco cristianos, pero ser detenido por participar en actividades religiosas o estar en posesión de materiales cristianos conlleva duras condenas, incluida la ejecución inmediata. En el pasado, aquellos cristianos detenidos por prácticas religiosas o por tener Biblias han sido condenados a pasar el resto de sus días en campos de trabajo. Puertas Abiertas estima que a día de hoy el complejo sistema penitenciario del país alberga entre 50 000 y 70 000 cristianos.
Ser enviados a estos campos puede significar una condena a muerte. Hea Woo*, una creyente norcoreana que estuvo en varios campos de trabajo, describe los horrores de uno de ellos: «Moría gente constantemente. La muerte era parte de nuestro día a día. Solían incinerar los cadáveres y los guardas esparcían las cenizas por el camino. Cada día, cuando lo recorría, pensaba en cómo un día el resto de prisioneros caminarían sobre mí».
No está claro dónde se encuentran los cinco cristianos, pero al parecer se han negado a renunciar a su fe. «Un miembro del personal judicial nos ha dicho que los creyentes se negaron a revelar dónde habían conseguido las Biblias y declararon: “Todo por Jesús, hasta la muerte”», informan a la RFA.
Se trata de un atisbo excepcional de la realidad a la que se enfrentan los cristianos en Corea del Norte. Y es que incluso informar sobre este tipo de incidentes puede ser peligroso para los creyentes locales. «Este caso es tan solo una de las muchas violaciones contra la libertad religiosa que ocurren en el país», afirma el hermano Simon*, coordinador de Puertas Abiertas en Corea del Norte (No podemos revelar su nombre real por razones de seguridad). «En Puertas Abiertas estamos al tanto de muchos otros incidentes similares que han tenido lugar en todo el país en los últimos años. Sin embargo, no publicamos ningún detalle, ya que podrían poner en peligro a los cristianos locales».
Los 400 000 cristianos que se calcula que hay en Corea del Norte viven en un peligro constante e inimaginable. Pero esto no quiere decir que estén solos —cuentan con las oraciones y la solidaridad de la Iglesia alrededor del mundo. El hermano Simon señala que estos informes deberían llevarnos a la oración: «Está claro que la oración constante y el interés por los creyentes clandestinos norcoreanos no deben cesar nunca».
Dios responde a las oraciones, aunque no lo podamos ver, en medio de situaciones tan terribles. Aunque los campos de trabajo sean como el infierno en la tierra, Él está obrando. «Dios me ayudó a sobrevivir», cuenta Hea Woo sobre su tiempo en un campo de trabajo. «¡Además, puso en mí el deseo de evangelizar a los demás prisioneros! Me mostraba a quién tenía que acercarme. Dios me usó para que cinco personas se convirtieran. Nos reuníamos juntos a escondidas de los guardas. Solía ser en las letrinas. Teníamos un breve culto. Les enseñaba versículos de la Biblia y canciones, que cantábamos casi en silencio».
Las detenciones, encarcelamientos y ejecuciones son parte de la historia del cristianismo en Coreo del Norte, pero también lo es esta poderosa historia sobre cómo Dios está obrando en el lugar más oscuro que se pueda imaginar. Es un recordatorio para que sigamos orando por Su pueblo en Corea del Norte, a quien siempre va a sostener, pase lo que pase.
Recibe las últimas noticias en tu móvil. Suscríbete a nuestro canal de Telegram.Señor, te ruego que fortalezcas a aquellos de tus hijos que están en prisión por causa de su fe. Te pido que alivies su dolor, y oro por toda la Iglesia, para que soporten la persecución y sean sal y luz allí donde están. Oro que haya un cambio radical en los corazones de los líderes norcoreanos. Amén.
