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En las últimas semanas, el mundo ha visto horrorizado cómo Sudán se ha sumido de nuevo en la violencia. La ONU calcula que más de 100 000 personas han huido del país para escapar de los combates y otras 334 000 han sido desplazadas dentro de Sudán.
La derrota del dictador Omar al-Bashir en 2019 fue un momento de optimismo. Los cristianos se mostraron esperanzados cuando el Gobierno provisional eliminó por fin la pena de muerte por abandonar el islam. Parecía que Sudán estaba cambiando. Pero entonces se produjo un golpe militar a finales de 2021. Eso hizo que Sudán ascendiera en la Lista Mundial de la Persecución de 2023, donde actualmente ocupa el puesto número 9. Ahora, el último conflicto entre dos generales rivales ha acabado con la esperanza de que Sudán fuera poco a poco una nación más libre para su pueblo, incluidos los cristianos.
Los enfrentamientos en Sudán podrían tener graves consecuencias para los cristianos, no solo en el país, sino en toda la zona. Hemos hablado recientemente con Fikuri*, colaborador de Puertas Abiertas y experto en investigación en África Oriental. En esta entrevista nos explica qué hay detrás de los disturbios, qué significan para los cristianos y cómo se puede orar.
Es triste que nuestro país, Sudán, esté de nuevo en guerra civil. Se trata de una rivalidad entre las dos fuerzas armadas: el Ejército Nacional y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF; siglas en inglés). Las RSF forman parte de las fuerzas de seguridad creadas por el expresidente Omar al-Bashir. Es un remanente de la llamada milicia Janjaweed (un grupo paramilitar), que luchó en Darfur y ha sido acusada de genocidio.
Los líderes de ambos grupos —el presidente en funciones Abdel Fattah al-Burhan, líder del ejército, y el general Mohamed Hamdan Dagalo, de las RSF— se unieron en el golpe militar de octubre de 2021, pero ahora tienen opiniones diferentes sobre cómo debe ser la formación de un gobierno civil. Esto ha acabado en enfrentamientos y ambos dicen que la otra parte debería rendirse.
Según los informes, más de 400 civiles han perdido la vida. La vida normal se ha visto alterada. La gente no tiene electricidad, especialmente en las ciudades más grandes como Jartum, Omdurman y Puerto Sudán.
La gente también está muriendo por falta de asistencia médica, ya que es casi imposible salir de casa para recibir tratamiento. Los que tienen problemas médicos subyacentes no pueden ir al hospital; algunos colaboradores nos han hablado de conocidos que han perdido la vida por este motivo. La gente sufre emocional y físicamente.
El pueblo sudanés tenía la esperanza de que las cosas cambiaran tras su derrota. Pero, para nuestra sorpresa, la situación nunca ha mejorado, ni en términos de libertad política y religiosa, ni en cuanto a los problemas económicos. Hace cuatro años, los sudaneses protestaban porque no tenían pan. Ahora se vuelve a repetir y la gente está todavía más preocupada.
Como cristiano, me encantaría confiar en que Dios va a actuar, el conflicto va a llegar a su fin y la situación va a cambiar en favor de Su pueblo. Pero la realidad es realmente desalentadora. A menos que se diga a los militares que vuelvan a sus cuarteles y se desentiendan del gobierno civil, la situación en Sudán no va a mejorar pronto. Oro para que la comunidad internacional, especialmente los países que tienen una fuerte influencia en el país, intervengan si se permite que esta situación continúe.
Una de nuestras fuentes nos ha dicho que su tío ha perdido la vida en el fuego cruzado. Una vez que sales de casa, no sabes si volverás con vida. Es difícil porque la gente necesita salir de casa para sobrevivir. Y nuestro temor es que, si la crisis actual permite a los extremistas islámicos influir en la vida política y la situación de Sudán, los creyentes estarán abocados a otra dictadura en contra del cristianismo en el país.
Había cierta esperanza de que el Gobierno provisional cambiara las cosas, pero ahora estamos estancados. Y esta guerra ofrece otra oportunidad para que los islamistas tomen el poder y digan: «Veis, la democracia no existe, no funciona. Ahora, volvamos a nuestras reglas, que son el islam y la sharia (ley islámica)». Si consiguen hacerlo, la vida de los cristianos será peor que en los tiempos de Omar al-Bashir.
Aunque se hicieron progresos en los primeros días de la transición, si ves la vida diaria real de los creyentes en el país, no ha cambiado mucho. En 2019, los cristianos estaban entre los que pedían reformas y se les dijo que tuvieran paciencia, que las cosas cambiarían con el tiempo. Estaban dispuestos a ser pacientes; pero desde entonces, nada se ha materializado.
Realmente necesitamos orar por los cristianos, porque el futuro no es brillante.
Cuanto más dure el conflicto, más perjudicial será para la vida cotidiana de los cristianos. Si no tienen oportunidad de trabajar, empezarán a pasar hambre. Oremos para que el Señor dé sabiduría a los mandos políticos y militares de Sudán, para que entren en razón y detengan esta guerra.
Por favor, ora por la seguridad de los cristianos que se encuentran en peligro por esta situación, ya que la guerra tiene lugar dentro de las ciudades. Tendrá repercusiones en la vida de los cristianos.
Y, por favor, ora para que la crisis no conduzca a una situación que empodere o permita a los islamistas retomar su agenda. Sudán es un país grande y la mayoría de sus vecinos son frágiles, con sus propias luchas. Si la situación en Sudán se deteriora gravemente, repercutirá también en los cristianos de toda la zona. Oremos por los cristianos y por el futuro de la Iglesia en Sudán y en África Oriental.
Cuando te encuentras con sudaneses, y especialmente con cristianos, hay buenos ánimos. El país está atravesando una época difícil que comenzó hace décadas. Pero los cristianos se han comprometido a seguir sirviendo y llegando a las personas no alcanzadas y a llevar la buena nueva a sus vecinos musulmanes.
Hace poco conocí a una conversa que fue excomulgada por su familia. Todos esperaban que renegara de su fe y volviera a su antigua religión. Pero ella dijo: «A pesar de todos estos desafíos, me aferraré a mi fe y seguiré amando y sirviendo a Jesús». Este tipo de determinación y fe firme en el Señor es una fuente de mucho ánimo.
Este es un momento difícil para Sudán, así que elevémoslo en nuestras oraciones: oremos para que el Señor intervenga y motive a quienes pueden aportar soluciones a la crisis.
Saber que estáis a nuestro lado es siempre un estímulo para nosotros, así que muchas gracias.
*Nombre cambiado por motivos de seguridad.
Señor, te doy gracias por tu pueblo en Sudán. y te ruego que los guardes en medio de este conflicto. Te pido que des a las autoridades y a las diferentes partes del conflicto voluntad de llegar a entendimiento. Oro para que esta situación no sea aprovechada por los islamistas en su proyecto expansionista. Amén.
