A principios de junio, una familia fue expulsada de su pueblo por razón de su fe. Después de su conversión al cristianismo ya venían sufriendo diferentes tipos de maltrato, a pesar de que tenían permiso para unirse a una organización religiosa aprobada
por el estado.
La familia de Thong, conformada por 13 personas, tuvo un encuentro con Jesús en 2017, en respuesta a una serie de transmisiones evangelísticas en una radio local. A pesar de la presión de los funcionarios locales para que renunciaran a su fe, estos
creyentes se unieron a la Iglesia Evangélica de Vietnam del norte, organización aprobada por el estado.
Sin embargo, el acoso continuó, incluyendo una serie de visitas a su casa y citaciones a la sede comunitaria. Los líderes locales confiscaron su arado y les cortaron el suministro eléctrico, socavando así sus medios de vida.
Tras una votación comunitaria, la familia fue expulsada oficialmente de la aldea. Como resultado de esto, ya no tienen acceso a los servicios públicos ni pueden obtener documentos importantes, como certificados de nacimiento.
«Nos dijeron que, al seguir el protestantismo, hemos afectado en gran medida la unidad nacional».
Xong Ba Thong
Vietnam estableció la Ley de Creencias y Religión en enero del 2018, la cual no solo es restrictiva, sino que también ha sido implementada de manera desigual en todo el país. «El día que me reuní con los miembros de la delegación del distrito, les mostré
y leí a todos ellos la Ley sobre Creencias y Religión, pero dijeron que esa ley no se aplica en este distrito ni en nuestra provincia; también dijeron que en la comunidad nadie practica una religión y que, al seguir el protestantismo, hemos afectado
en gran medida la unidad nacional», dijo Thong. «Esto ha sucedido con mucha frecuencia y por muchos años», dijo un pastor protestante hmong que huyó a Tailandia; «las autoridades de la comunidad no entienden la ley o la constitución sobre la religión».
El gobierno comunista de Vietnam desconfía de los cristianos evangélicos, muchos de los cuales pertenecen a las minorías étnicas Hmong y Montagnard, ya que son vistos como representantes de países occidentales y potenciales alborotadores sociales. Por
ello, el gobierno planea enmendar la Ley de Religión de 2018. A los observadores, entre ellos los líderes de la iglesia, les preocupa que los dos proyectos de decreto aumenten el control del gobierno sobre los asuntos religiosos, incluidas las reuniones
en línea y multas de hasta 60 millones de VND (2 600 €), por no cumplir con las regulaciones.
Señor, te ruego que ayudes a que la familia Thong pueda encontrar un nuevo hogar, seguro y pacífico, en el que practicar libremente su fe. Te pido por otros en su situación, para que les proveas esto mismo, y también que toques los corazones de las autoridades para que cambien su proceder. Amén.