El lunes 10 de abril, combatientes yihadistas asociados al Estado Islámico capturaron el pueblo de Tidermene, en el noreste de Malí, según informes de fuentes locales. Los insurgentes distribuyeron coranes entre la población y se movieron por la ciudad con armas. Este ataque es parte de la gran ofensiva del Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS) en la región de Menaka y en la de Gao, más al oeste, desde principios de 2022.
La inseguridad en la región ha aumentado drásticamente debido a la intensificación de las actividades de los yihadistas islámicos, lo que ha resultado en la ausencia de la presencia de la Iglesia en la región de Menaka. Los cristianos que se encuentran en esta zona son en su mayoría extranjeros, viajeros o soldados. Sin embargo, en este último incidente, no se reportaron cristianos muertos, heridos o afectados.
La situación es alarmante para los residentes de la región norte de Malí, quienes enfrentan secuestros, todo tipo de ataques y bandidaje, incluso en la ciudad. El pastor de una iglesia de Gao compartió que la situación de seguridad está empeorando y pidió oraciones para mantener a salvo a la población de la región.
Desde la partida de las fuerzas francesas a finales de 2022, los yihadistas han ocupado el vacío, aumentando la inestabilidad en la región. La captura de Tidermene es un ejemplo más de la situación peligrosa que enfrenta la población en Malí y subraya la necesidad de medidas urgentes para garantizar la seguridad de la región.
Señor, te pido por aquellos de tus hijos que están sufriendo por causa de la violencia en Malí. Te ruego que hagas cesar la opresión, y que tu pueblo se mantenga firme. Oro por sabidruía y recursos para las autoridades locales, para que puedan hacer frente a esta tragedia. Amén.