«Con más de 110 personas muertas en dos ataques violentos recientes, está claro que grandes franjas del norte y este de Burkina Faso en África Occidental, están en manos de grupos islámicos», dice un investigador de Puertas Abiertas.
El 25 de mayo hombres armados mataron a más de 50 personas cuando huían de sus hogares en la zona rural de Madjoari al este de Burkina Faso. Illia Djadi, Analista Principal de Puertas Abiertas para la Libertad de Religión y Creencias en el África subsahariana dijo: «Los aldeanos habían decidido irse debido a la creciente inseguridad en el área, se dividieron en grupos y comenzaron a caminar, un grupo fue detenido por militantes islámicos que se llevaron a los hombres y los mataron; tres días antes, 60 personas fueron reportadas como asesinadas en Gorgadji en el norte de Burkina Faso».
«Los grupos islámicos controlan efectivamente el norte y el este del país, el Estado está ausente y las fuerzas de seguridad tienen dificultades para recuperar el control de la zona, dejando a la gente sin protección y teniendo que valerse por sí mismas. Aquellos que viven en la ciudad oriental de Fada Ngourma, no pueden recorrer más de 10 kilómetros antes de toparse con el primer puesto de control manejado por los militantes islámicos», dijo Djadi.
En 2021 Burkina Faso suplanto a Malí como epicentro de insurgencia islámica en la región de Sáhel, con un aumento de 200% de los ataques violentos según las organizaciones sin fines de lucro Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED). Los datos de los primeros cinco meses de este año muestran que 514 burkineses murieron en 227 ataques.
«Dependiendo de la situación, los cristianos podrían adaptarse a las nuevas condiciones o pasar a la clandestinidad».
Illia Djadi
La violencia ha provocado una crisis de refugiados, casi dos millones se han desplazado a diferentes lugares en el país y se han cerrado más de 400 escuelas interrumpiendo la educación de más de medio millón de niños, según cifras de la ONU. «El desplazamiento masivo aumentará el riesgo de la hambruna, la dificultad para sembrar y cosechar debido a la extrema inseguridad en combinación con la persistente sequía en la región hará que millones de personas enfrenten una aguda crisis alimentaria este año», dijo Djadi.
El aumento de la violencia en el noreste de Burkina Faso es causado principalmente por un grupo islámico afiliado a Al-Qaeda, Jama’at Nusrat al-Islam wal-Muslimin (JNIM), según ACLED. Tiene un competidor, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental, y los grupos luchan entre ellos por el control del territorio.
JNIM impone reglas en las áreas bajo su administración, como códigos de vestimenta, pago de impuestos y cierre de escuelas. Si las personas no están dispuestas a colaborar, se niegan a pagar impuestos o son sospechosas de compartir información con los militares serán castigadas. Los asesinatos de la semana pasada podrían haber sido ataques de represalia según Djadi.
Los cristianos representan el 25% de la población y se encuentran entre los que sufren violencia y secuestros. En las áreas bajo el control de los grupos islámicos, las iglesias aún pueden estar abiertas, pero depende en gran medida de quien esté a cargo, «dependiendo de la situación, los cristianos podrían adaptarse a las nuevas condiciones o pasar a la clandestinidad», dijo Djadi».
Djadi comenta: «Recientemente escuche la historia de un pastor que fue secuestrado de su iglesia durante un servicio matutino, se lo llevaron a él y a su automóvil, lo retuvieron durante varios días haciéndole preguntas para obligarlo a que renunciara a su fe, pero el pastor se negó. Al final le dijeron que lo dejarían ir con la condición de que no mezclara hombres y mujeres en su iglesia, ni tocara música».
Burkina Faso ha permanecido este año en el puesto 32 de los 50 países en los cuales es más difícil ser cristiano según la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas, y para empeorar la situación los yihadistas han expandido sus áreas de control cerrando iglesias y proveedores de servicios sociales cristianos, además los ataques a los cristianos han creado un ambiente de alarma.
Señor, te pido por la iglesia de Burkina Faso; por favor, no permitas que se desanimen o desalienten, sino que cobren ánimo a pesar de lo que están viviendo. Te ruego por los familiares y seres queridos de las víctimas, para que tu consuelo les acompañe cada día, y hazles justicia frente a sus adversarios. Amén.