Igna, de 36 años, vive en un campamento para desplazados internos en el distrito de Haute Kotto, en el este de la República Centroafricana. En la madrugada del 13 de septiembre, miembros de la Coalición Patriótica para el Cambio (CPC), entraron por la fuerza en la casa de Igna y su esposo.
«Entraron a la aldea sobre las 3 de la madrugada, y oímos disparos, así que pensamos que eran de las Fuerzas Armadas Centroafricanas (FACA), que estaban de patrulla, porque el líder del grupo había anunciado esta patrulla puerta a puerta, por parte de las FACA », dijo Igna a los campesinos.
«Abrí la ventana y vi detenerse a dos grupos de hombres fuertemente armados en vehículos. Desperté a mi esposo y le dije que las FACA habían comenzado su trabajo. Se levantó para abrir la puerta y al hacerlo gritó: "¡Señor Jesús, estamos muertos!"». El esposo de Igna se dio cuenta de que los hombres eran en realidad rebeldes y no soldados.
10 rebeldes entraron a la casa y comenzaron a amenazarlos, pidiéndoles dinero y cigarrillos. «Mi esposo los convenció de que les podía llevar a donde vendían cigarrillos. Cuando se fue, cinco de los atacantes se quedaron en la casa conmigo. Fue entonces cuando uno de ellos me violó».
Después del asalto, uno de los hombres le pidió a Igna que la llevara a donde vendían cigarrillos. Una vez allí, logró escapar y esconderse en el monte. «Hizo tres disparos para asustarme y hacer que saliera de mi escondite, pero no lo hice. Me quedé allí hasta el amanecer hasta que escuché a mis sobrinos gritar mi nombre, buscándome».
«¡Señor Jesús, estamos muertos!»
El año pasado, dos de los hermanos de Igna, fueron asesinados durante un ataque del mismo grupo. Ella y su familia superviviente, han buscado refugio en un sitio para desplazados internos en el área junto con otros aldeanos que han huido de la inseguridad. Fuentes de información, estiman que alrededor de 100 personas viven actualmente en el campamento. Sin atención médica cerca, Igna continúa esperando recibir dicha atención.
Varios grupos rebeldes aterrorizan a las comunidades en toda la República Centroafricana. Estos ataques a menudo se han dirigido sistemáticamente contra las comunidades cristianas para esclavizarlas y debilitarlas. El CPC (Coalición de Patriotas por el Cambio), está afiliado al Frente Popular para el Renacimiento de la República Centroafricana (FPRC), un grupo rebelde activo principalmente en Bria, la capital del distrito de Haute Kotto.
En el contexto de fragilidad política e inseguridad, las mujeres y las niñas (especialmente las desplazadas internas) son especialmente vulnerables a los incidentes de violencia sexual y de género a manos de grupos armados.
Según el Informe de género de 2022 de Puertas Abiertas, las mujeres son objetivo como un «premio» sexual y se utilizan como instrumento para castigar o dañar a la comunidad cristiana en general. Son ampliamente consideradas de menor valor, por ser cristianas y mujeres. Como objetivos más fáciles para los delitos sexuales, los ataques también pueden resultar de su estatus general más bajo más que por razones explícitamente religiosas. Ya sea que las mujeres y las niñas sean vistas como puras o sin valor, sus cuerpos se convierten en un vehículo para avergonzar a la comunidad cristiana, particularmente en culturas donde la pureza sexual está indisolublemente ligada al honor familiar. Las supervivientes de abusos sexuales, vuelven traumatizadas y como recordatorios simbólicos del poder de los agresores.
Señor, te ruego que cuides de Igna en este momento tan duro para ella y para su familia. Por favor, que ella pueda experimentar tu gracia y tu poder en medio de la debilidad. También te pido que guardes a su familia y a cada creyente en el país. Amén.