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Simin* perdió su casa, su trabajo y su libertad en Irán a causa de la persecución por su fe, y se le hace sentir que no vale nada por ser mujer.
Aun con todo ello, sabe que cada sacrificio ha valido la pena. Ella y su marido Mohsen* son cristianos de Irán, así que sus sacrificios son muy grandes y frecuentes.
Entonces, ¿cómo puede decir esta pareja que seguir a Jesús merece la pena?
«Me decían que, si volvía al islam, lo tendría todo… ¿Pero cómo podría olvidar lo que Jesús hizo por mí? El precio era altísimo, pero queríamos pagarlo. Porque Él lo merece»
Simin, mujer cristiana de Irán
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*Nombre cambiado por motivos de seguridad.
