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Los musulmanes siempre sospechan que cualquier tipo de actividad cristiana en la aldea conduce a que los musulmanes se conviertan al cristianismo. Por ello, a menudo obstaculizan estas actividades en los pueblos. Hace muy poco, Sabina, profesora y facilitadora de alfabetización de adultos, se encontró con que algunos musulmanes de su aldea le impedían impartir clases. Mientras se impartía la clase, un grupo de vecinos musulmanes irrumpió en la clase y empezó a discutir con Sabina y a amenazarla para que dejara de hacer lo que estaba haciendo.
Sabina está recibiendo amenazas por parte de los líderes religiosos musulmanes locales por hacer algo bueno en su barrio. La clase de alfabetización de adultos enseña a los alumnos a leer y escribir en su lengua natal. Los colaboradores locales de Puertas Abiertas en Bangladés fueron los primeros en iniciar esta clase con la intención de dar a la población local la oportunidad de aprender a leer y escribir, independientemente de su edad. También han aprovechado la oportunidad para enseñar a los creyentes de la nación a leer la Biblia por su cuenta. Tanto cristianos como no cristianos se apuntan a esta clase; no es una clase religiosa, sino de alfabetización.
Sabina es una profesora fiel y trabajadora. Sus alumnos siempre están contentos de asistir a sus clases porque por fin tienen la oportunidad de aprender a leer y escribir. Ella les anima a trabajar duro y a convertirse en ávidos lectores y escritores de su lengua natal. Durante una de sus clases, un grupo de musulmanes piadosos interrumpió bruscamente la clase de Sabina. Con mucha agresividad, empezaron a interrogar a Sabina, preguntándole por qué estaba enseñando a adultos y cuál era el objetivo principal de esa clase.
Sabina les respondió lo mejor que pudo, pero ellos empezaron a amenazarla. «No hagas ninguna actividad inusual o irregular con los alumnos (es decir, no intentes enseñarles el cristianismo). Si haces algo así y me entero de ello, tomaré medidas drásticas contra ti. No te imaginas lo que os puedo llegar a hacer», dijo el líder del grupo. Como todo esto ocurrió delante de sus alumnos, la clase de Sabina se llenó de miedo; no sabían qué hacer ni cómo reaccionar.
Un colaborador local de Puertas Abiertas también estaba en esa clase ese día para ayudar a Sabina como facilitadora y supervisar la clase. Cuando el grupo de hombres irrumpió, también le interrogaron: «¿Quién eres y qué haces aquí? No eres de aquí. ¿De dónde eres? ¿Qué relación tienes con esta mujer y su clase?». Tras responder a sus impertinentes preguntas, el colaborador también recibió amenazas: «No intentes ser más listo que nosotros. Os estaremos vigilando, a ti y a esta mujer. Vayáis donde vayáis, os encontraremos. No podréis escapar de nosotros».
El grupo registró el espacio en busca de cualquier material que pudiera validar sus preocupaciones, pero no encontró nada de su interés, así que abandonaron el lugar enfadados.
Sabina dijo: «El líder del grupo es un hombre muy malo. Puede hacer lo que quiera y se sale con la suya. Tiene poder en la zona y es miembro de la mezquita. La gente le teme y teme de lo que es capaz». Sabina tiene mucho miedo desde aquel incidente, pero se niega a perder la esperanza. Aunque ahora sus alumnos tienen miedo de asistir a clase, ella sabe que siguen siendo dignos de aprender a leer y escribir. Ha empezado a visitar a sus alumnos, yendo de casa en casa y animándolos a seguir aprendiendo con regularidad.
Los colaboradores locales son conscientes de esta situación y la visitan con regularidad para comprobar su seguridad y bienestar, al tiempo que oran con ella y por ella durante estos momentos difíciles. Por favor, ora por Sabina y sus alumnos de la clase de alfabetización de adultos.
Señor, te doy gracias por el trabajo que está haciendo Sabina. Te ruego que tú la protejas, así como a otros que hacen esta labor, de los radicales, y que no pierda el ánimo. También te pido que tú fortalezcas a los creyentes de Bangladés. Amén.
