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Casi una cuarta parte de la población de Burkina Faso son cristianos: 5 millones de una población de 21,5 millones.
La creciente influencia de los grupos yihadistas en Burkina Faso está teniendo un impacto catastrófico en los cristianos. Los creyentes han sido atacados y asesinados en pueblos, iglesias y lugares de trabajo, y cientos de iglesias se han visto obligadas a cerrar, muchas de ellas destruidas. La amenaza de los grupos extremistas islámicos se ha extendido incluso a ciudades que antes estaban fuera de su alcance.
Mientras tanto, además de ser objetivo de los yihadistas, los cristianos de origen musulmán se enfrentan a enormes presiones de sus familias y comunidades para que renuncien a su fe. Muchos temen expresar su fe en público debido a esas amenazas.
En Burkina Faso hay más de un millón de desplazados internos, un número significativo de los cuales son cristianos que han huido de la creciente violencia yihadista.
Burkina Faso ha pasado del número 32 al 23 en la Lista Mundial de la Persecución. En todo el país está aumentando la violencia contra los cristianos, así como la presión, especialmente sobre la iglesia y por parte de la comunidad. La actividad yihadista se extiende y muchas iglesias y escuelas cristianas se ven obligadas a cerrar. Los ataques y asesinatos de cristianos han creado un ambiente de miedo, y muchos cristianos tienen demasiado miedo de asistir a los servicios religiosos o enviar a sus hijos a la escuela. Los grupos yihadistas también están sustituyendo al gobierno en las zonas que controlan, por lo que tienen poder para retener los servicios sociales.
En el último año, la incertidumbre política ha agravado la situación. El 24 de enero de 2022, un golpe militar derrocó al presidente de Burkina Faso, Kaboré, en medio de una crisis de seguridad cada vez más grave en el país. Tanto los civiles como las fuerzas de seguridad llevaban tiempo manifestando su descontento. El golpe fue orquestado por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, que acababa de ser ascendido a jefe de la tercera región militar del país. A ese golpe le siguió otro en octubre de 2022. Este caos da a los yihadistas nuevas oportunidades para reforzarse y ampliar las zonas que controlan.
Además, la situación en países vecinos como Níger y Malí también contribuye a la inseguridad en Burkina Faso. Una sociedad que era muy tolerante en el pasado se ha vuelto muy intolerante con los no musulmanes. A ello contribuye también la existencia de conflictos étnicos que tienen aristas religiosas. Como consecuencia, los conversos y otros grupos cristianos se enfrentan a fuertes presiones y, si no se aborda la situación actual lo antes posible, es muy probable que Burkina Faso se convierta en un Estado aún más peligroso y extremadamente frágil.
«Quiero que los que hicieron estsa cosas horrible no mueran sin conocer a Jesucristo».
Martine (nombre ficticio)
La persecución más severa suele reservarse a quienes se convierten del islam, pero la creciente influencia de los grupos yihadistas hace que los cristianos de todo Burkina Faso, sobre todo en las regiones septentrional y oriental, corran cada vez más peligro de sufrir ataques.
Las mujeres y niñas cristianas a menudo enfrentan violencia sexual, la cual es utilizada por militantes islámicos como un método para atacar a la comunidad cristiana en general. Estos extremistas también suelen forzarlas a casarse. Tristemente, hay poca comprensión generalizada sobre los derechos de la mujer y una enorme estigmatización para las víctimas de persecución sexual. Las mujeres y niñas a menudo sufren este estigma en carne propia. Los conversos del islam también enfrentan persecución por parte de sus familias, incluyendo amenazas de muerte y matrimonios forzados. Más de la mitad de las niñas de Burkina Faso se casan antes de cumplir los 18 años y, en este contexto, el matrimonio forzado se utiliza fácilmente como una forma de persecución religiosa.
Los grupos militantes islámicos que operan en la región del Sahel suelen reclutar a sus miembros en países como Burkina Faso. Los hombres y niños cristianos pueden ser objeto tanto de reclutamiento forzado como de agresiones físicas. Hay informes de secuestros en los que niñas y mujeres cristianas son liberadas; mientras que los niños y los hombres son ejecutados. Existe una cultura de miedo y trauma en las comunidades cristianas, debido a este tipo de secuestros y asesinatos.
Salamata es una adolecente. Su iglesia fue saqueada y quemada por yihadistas, quienes después mataron a todos los hombres. Ella asistió a las sesiones de atención postraumática de Puertas Abiertas.
«Vuestras oraciones han cambiado muchas cosas en mi vida. He recibido alegría y paz en mi corazón. Por favor, seguid orando por mí. Marca la diferencia»
Salamata
Puertas Abiertas trabaja a través de colaboradores locales para fortalecer a los cristianos de Burkina Faso proporcionándoles capacitación para sobrevivir a la persecución, ayuda de emergencia, atención espiritual y traumatológica.
Señor Jesús, protege a tus hijos de todo mal en Burkina Faso. Desbarata todos los planes malvados de los grupos extremistas islámicos y pon fin a su influencia. Sana, consuela y restaura a todos los afectados por la persecución; infunde nueva esperanza en sus corazones. Fortalece a los cristianos frente a la oposición y utilízalos como faros de luz en sus familias y comunidades. Trae estabilidad política al país y equipa al gobierno y a los servicios de seguridad en sus esfuerzos por contrarrestar el creciente yihadismo. Amén
Muy Alto
