Somalia

¿Cuántos cristianos hay en Somalia?

De una población de más de 16 millones, se estima que solo hay unos pocos cientos de cristianos en Somalia. Es muy difícil saberlo, ya que deben vivir su fe en secreto.

¿Cómo es la persecución en Somalia?

Somalia es una nación mayoritariamente musulmana y la sociedad espera que todos los somalíes sean musulmanes. Los imanes de las mezquitas y las madrasas (escuelas musulmanas) declaran públicamente que no hay lugar para el cristianismo, los cristianos o las iglesias. El violento grupo insurgente al-Shabaab ha expresado en repetidas ocasiones su deseo de erradicar a los cristianos del país. Los cristianos de origen musulmán son considerados objetivos de alto valor y pueden ser asesinados en el acto si son descubiertos.

Los cristianos también se enfrentan a graves persecuciones por parte de su familia y su comunidad. Abandonar el Islam se considera una traición a la familia y al clan, y los miembros de la familia y los líderes del clan acosan, intimidan e incluso matan a los conversos somalíes. Cualquiera que sea sospechoso de convertirse al cristianismo es vigilado de cerca por los ancianos de la comunidad, e incluso por sus propios familiares. La «vida de iglesia» simplemente no es posible, por lo que los pocos creyentes deben reunirse en secreto. Los militantes islámicos han intensificado su caza de personas cristianas que ocupan puestos de liderazgo.

¿Qué ha cambiado durante este año?

Los cristianos de Somalia siguen sufriendo un nivel extremo de violencia, que ha empeorado en los últimos años. Los militantes islámicos han intensificado su caza de cristianos. Su objetivo, como han declarado en numerosas ocasiones, es liberar a Somalia de todo cristiano. El año pasado, al-Shabaab perpetró varios ataques violentos en Mogadiscio, la capital, en los que murieron muchos soldados y cientos de civiles. Otros centenares más resultaron heridos. El panorama político se ha deteriorado, y los dirigentes tribales, el gobierno y los líderes de la oposición discrepan en cuestiones cruciales como la celebración de elecciones. Aprovechando esta fragmentación, los grupos yihadistas han aumentado el número de sus seguidores e intensificado su apuesta por el control de los territorios del país. Aunque finalmente se celebraron las elecciones y tuvo lugar el traspaso de poderes, las fricciones han puesto de manifiesto la fragilidad del estado actual de las cosas.

¿Quiénes son más vulnerables a la persecución?

Los cristianos de origen musulmán son los más vulnerables a la persecución. Los conversos del islam al cristianismo son considerados un objetivo de alto valor por la milicia de al-Shabaab y muchos de ellos han sido asesinados en el acto al ser descubiertos. Las jóvenes conversas al cristianismo son especialmente vulnerables. Son oprimidas y explotadas tanto por su fe como por su género. Las jóvenes cristianas son obligadas a contraer matrimonio, donde sufren acoso sexual, violencia física y presiones para que se adhieran a prácticas musulmanas conservadoras en un intento de «rehabilitarlas».

¿Cómo sufren las mujeres la persecución?

En la sociedad patriarcal de Somalia, las mujeres están sometidas a altos niveles de control y se espera de ellas que sean serviles. Al depender de los hombres, las voces y creencias de las mujeres se ven sofocadas en sus comunidades. No es aceptable que una mujer se convierta al cristianismo. Si se sospecha que una mujer es cristiana, suele ser humillada en público, sometida a un estricto arresto domiciliario, violada, secuestrada, casada a la fuerza con un jeque radical o asesinada. Si ya está casada, es probable que su marido se divorcie de ella y se lleve a los hijos para asegurarse de que son educados según las tradiciones islámicas. El matrimonio forzado, a menudo con hombres mucho mayores, se utiliza para presionar a las conversas para volver al islam. Las mujeres cristianas también sufren cuando sus maridos son encarcelados o asesinados; las viudas suelen ser obligadas a casarse con hombres musulmanes, se confiscan sus propiedades y la viuda queda a merced de la familia del hombre. Para que las mujeres sigan dependiendo de los hombres, a menudo se interrumpe su educación. Solo el 5 % de las niñas alcanzan la escuela secundaria. En la escuela, las niñas cristianas pueden ser presionadas para que asistan a clases islámicas y se vistan con burkas que cumplen las normas de al-Shabaab.

¿Cómo sufren los hombres la persecución?

Los hombres son percibidos como líderes que deben representar la fe islámica. Si se sospecha siquiera que se han convertido al cristianismo, los hombres y niños corren el riesgo de sufrir abusos verbales, agresiones físicas, secuestro, encarcelamiento, tortura o muerte. En esta atmósfera de terror, a los conversos les resulta imposible confiar ni siquiera en los miembros de su propia familia. Para reforzar el bastión de los extremistas islámicos en la zona, se espera que los chicos pasen a formar parte de la milicia de al-Shabaab. Se les envía a «centros islámicos de rehabilitación» donde se les radicaliza y entrena como soldados de al-Shabaab. Cualquiera que se identifique como cristiano en este contexto se enfrenta a la victimización y la brutalidad. Los hombres cristianos también son marginados en su familia y en la sociedad. A los hombres se les niega la herencia y a los niños la educación. Si el marido de una familia cristiana es asesinado o encarcelado, la familia pierde a su principal proveedor económico y suele quedar desprotegida, mientras otros miembros de la familia son tachados de «no creyentes» y la familia es vista como una mancha en la comunidad.

Conoce a Nala

Nala es una creyente somalí que fue obligada a huir del país (julio de 2021).

«Cuando llegué a casa, los hombres de mi familia me estaban esperando. Me pegaron, me quitaron el móvil y me encerraron en una habitación. Dijeron: "Hemos oído que eres corrupta", pero ni una sola vez utilizaron la palabra "cristiana"».

Nala

¿Qué hace Puertas Abiertas para ayudar?

Puertas Abiertas apoya a los creyentes somalíes del Cuerno de África mediante la capacitación para el discipulado y la formación para hacer frente a la dura persecución.