Cuando la guerra civil comenzó en Siria y el Estado Islámico se propuso destruir a la iglesia, Ferial y su familia temieron por sus vidas. Cuando comenzó la guerra en Siria, ellos vivían en Alepo. Tras los combates y la destrucción de Homs, Alepo pasó a ocupar las portadas de las noticias diarias por las intensas batallas y los bombardeos.
Las condiciones de vida eran cada vez más duras. Sin agua, sin comida y sin trabajo, la familia había perdido toda esperanza. «No podíamos bañarnos o ducharnos porque no había agua. Nuestra ropa estaba sucia. Pasamos casi tres meses sin agua. Mi marido se lo dijo a algunos amigos suyos, y estos le dijeron que fuese con ellos, a Latakia. Allí le podrían conseguir un trabajo».
En medio de esa situación, tú les llevaste esperanza y eso hizo que todo fuese diferente para ellos.