A pesar de que el culmen de los ataques ya ha pasado, la violencia continúa. Nuestro equipo nos acaba de informar de un nuevo brote de violencia entre las tribus kuki y meitei.
«Los ataques a las iglesias no han terminado; tanto las iglesias como las casas y propiedades de los cristianos son atacados constantemente. El Gobierno afirma que está manteniendo la paz y el orden, pero no vemos los resultados; hay enfrentamientos
cada dos noches», nos cuenta Yohan Murray*, un colaborador local de Puertas Abiertas.
El conflicto es complejo y cuenta con factores étnicos subyacentes. Sin embargo, aunque la tribu kuki es mayoritariamente
cristiana, la violencia se está dirigiendo a los cristianos de ambos grupos étnicos. Hay pruebas de que los extremistas hindúes están aprovechando el conflicto para promover la persecución de los cristianos en todos los grupos étnicos.
El último ataque tuvo lugar debido a la huida de tantos kukis. Los extremistas hindúes meitei aprovecharon su ausencia para atacar las casas abandonadas de los cristianos. Aunque casi todas estaban vacías, algunos miembros de la comunidad dispararon
al aire para espantar a los atacantes.
Los extremistas también atacaron a una iglesia perteneciente a la denominación de la Iglesia Independiente de la India (ICI, por sus siglas en inglés). La quemaron, junto con sus oficinas y las casas de los pastores. Seis personas que se encontraban
en las oficinas tuvieron que huir a un lugar seguro. Esta iglesia ya sufrió el impacto de la primera ola de violencia. Un cristiano de Imfal, la capital y ciudad más grande del estado de Manipur, afirma que 400 creyentes cuyas casas fueron quemadas
durante la primera ola de ataques se han visto obligados a desplazarse a campos de refugiados, además de todos los que han tenido que huir a estados colindantes.