Una mujer cristiana de la tribu naga de Manipur fue asesinada el pasado 15 de julio por extremistas hindúes del grupo Arambai Tenggol. Esta agrupación radical de la tribu meitei difundió por redes sociales el vídeo en el que aparecen disparando a la creyente de 57 años con problemas de salud mental. La mujer desapareció de su casa y fue encontrada más tarde en la calle casi irreconocible debido a los múltiples disparos en la cabeza.
Este crimen es una consecuencia más del angustioso ciclo de violencia entre las comunidades meitei y kuki en el que lleva inmerso el montañoso estado nororiental de Manipur desde hace casi tres meses. Durante este periodo, han muerto ya 124 personas (según datos de Puertas Abiertas Internacional), se han destruido 4500 edificios y viviendas y 400 iglesias meitei y kuki, 7000 personas se han visto obligadas a refugiarse en campamentos y unas 50 000 se han visto desplazadas.
«El brutal asesinato de las mujeres cristianas naga pone de manifiesto el comportamiento salvaje y a sangre fría de los extremistas meitei. Incluso los inocentes son víctimas de estos feroces ataques». La colaboradora local de Puertas Abiertas en India, Priya Sharma*, denuncia la «impensable» cantidad de «vidas y sangre inocentes que se han derramado y cuántos vídeos de este tipo están aún por salir a la luz mostrando la brutalidad de la violencia. Es espantoso ver ese nivel de ataque contra los cristianos y nuestros corazones lloran por las víctimas y sus familias. Hago un llamamiento a la Iglesia mundial para que ore e interceda por Manipur, por la paz y la armonía en el estado».
En medio de este prolongado conflicto, el 19 de julio se difundió por todo el país un inquietante vídeo grabado el 4 de mayo en Kangpokpi. En él, se reflejaba la difícil situación de dos mujeres cristianas kuki-zo que fueron exhibidas desnudas y violadas por hombres meitei durante las revueltas de aquel mes. Aunque cientos de personas murieron brutalmente y miles fueron desplazadas perdiendo todo lo que tenían, no se habló de ello ni se actuó en consecuencia hasta que el vídeo se hizo viral en las redes sociales. Este llamó la atención del mundo y dio a conocer esta realidad y la importancia del asunto. Por ello, se desató la ira pública en todo Manipur.
«Hago un llamamiento a la Iglesia mundial para que interceda por Manipur».
En respuesta, las comunidades cristianas y la gente común, así como diversas organizaciones, están llevando a cabo protestas y concentraciones masivas a lo largo del país indio para pedir el fin inmediato de la violencia y el restablecimiento de la paz en Manipur.
La oposición ejerció una enorme presión sobre el gobierno central para que discutiera y debatiera la violencia en Manipur. Gracias a ello, se aprobó y aceptó una moción de censura contra el gobierno dirigido por el Partido Popular Indio (BJP). En la sesión del Parlamento, la oposición exigió una declaración del primer ministro de India, Narendra Modi, y de sus ministros. El Tribunal Supremo ha expresado su resentimiento y ha examinado el proceso de investigación contra la policía estatal de Manipur, cuestionando la capacidad y el funcionamiento de la maquinaria constitucional. El presidente de esta institución declaró que el ritmo de la investigación es impotente y pasivo.
Los cristianos locales denuncian muchos casos de violencia sexual, violaciones y asesinatos de mujeres. También parece que ha habido más incidentes que aún no están confirmados, ya que la situación es muy delicada. El vídeo de las mujeres de Manipur desfilando desnudas es sólo la punta del iceberg de esta violencia. «Los lugareños han presenciado escenas mucho más espantosas: cadáveres esparcidos por las calles y sin reclamar. Las mujeres huyen en busca de un lugar seguro y los tiroteos entre comunidades siguen produciéndose a plena luz del día», explica Sharma.
Tras la publicación del vídeo viral, han aumentado las tensiones y los ataques dentro del estado de Manipur. Durante la última semana de julio, más de 100 meitei se han trasladado a Assam por miedo. Tras el Acuerdo de Paz, la Asociación de Repatriados del Frente Nacional Mizo (PAMRA, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que pedía a los meiteis residentes en Mizoram que se marcharan «por su propia seguridad».
El escritor y periodista cristiano Babu Verghese asegura que «Manipur huele a sangre».
El pasado 3 de agosto, la tribu Kuki-Zo planeó llevar a cabo el entierro masivo de las personas asesinadas durante la violencia en Manipur. Sin embargo, la oficina central de asuntos de Interior y el gobierno del Estado hicieron un llamamiento para posponer la ceremonia, lo cual fue aceptado de manera condicional por los líderes indígenas.
«Los crecientes ataques hacen sospechar de una futura amenaza a la religión cristiana».
Dese que se anunció este entierro, se han producido nuevos enfrentamientos entre las fuerzas armadas y la comunidad meitei. Estos últimos están en contra del homenaje y, como se temía, se desataron varias protestas y ataques.
El efecto dominó de la violencia de Manipur se siente también en otros estados del noreste. Anjali Lhing*, colaboradora de Puertas Abiertas, comparte lo siguiente: «Una serie de actividades anticristianas han tenido lugar en los estados del noreste durante la semana pasada, lo que refleja una situación hostil en Manipur. Tenemos miedo y muchas dudas sobre lo que nos deparan los próximos meses a los cristianos. Sufrimos enfrentamientos, violencia, atentados, protestas y asesinatos. Aun así, la comunidad cristiana aquí en Manipur tiene la seguridad de que cuando la Iglesia mundial se une a nosotros, ora y alza la voz, Dios nos libera y nos protege».
Recientemente, las fuerzas policiales de Assam registraron una denuncia contra el grupo extremista hindú Rashtriya Bajrang Dal por organizar un entrenamiento con armas de 7 días de duración. Unos 400 jóvenes de entre 18 y 30 años asistieron a un campamento donde les adiestraron en el uso de armas, artes marciales y técnicas de supervivencia.
«Es muy triste que, en medio de tanta agitación, en lugar de fomentar la paz y organizar la ayuda, se fomenten este tipo de entrenamientos», continúa Sharma. «Los crecientes ataques religiosos y la recopilación de datos sobre la Iglesia en el último año por parte del gobierno hacen sospechar de una futura amenaza a la religión cristiana y de la imposición de una ley de conversión religiosa».
Ampliando las fronteras de esta violencia, en Meghalaya existe desde hace tiempo una disputa tribal por la tierra entre las tribus garo y khasi.
Por su parte, los grupos étnicos de Assam están exigiendo el estatus tribal desde la década pasada y existe el temor de que aumente la guerra entre ellos tal y como lo está haciendo en Manipur.
En Tripura, el partido nacionalista hindú junto con los líderes tribales exigen que se retire el estatus tribal a los cristianos conversos.
Ante este panorama sin expectativas de paz, Sharma reflexiona: «Con las diferentes noticias de enfrentamientos y violencia entre comunidades en Manipur y también entre comunidades religiosas en otros estados de India, se intuye una situación sangrienta en los próximos meses. Los debates en el Parlamento son diálogos improductivos. No parece haber conversaciones de paz ni decisiones favorables hasta la fecha. Con la intervención y el ultimátum del Tribunal Supremo de India, se espera un alivio, y que las víctimas puedan compartir la verdad y que prevalezca la justicia».
*Nombres cambiados por motivos de seguridad.
Señor, te pido que sanes física y espiritualmente a todas las mujeres cristianas afectadas por la violencia. Por favor, detén el avance de estos ataques por Manipur y todo India, y protege a las comunidades de cristianos envueltas en medio del conflicto. Amén.