En la madrugada del 6 de febrero de 2023, Merry y su familia se despertaron y notaron cómo el edificio entero temblaba. Más tarde, descubrirían que una serie de terremotos devastadores había sacudido Turquía y el noroeste de Siria, y acabado con la vida de unas 60 000 personas.
«Mi madre tenía una vitrina donde guardaba la vajilla buena», nos cuenta Merry. «Vi cómo los platos y vasos caían y se rompían justo antes de que saliéramos corriendo, gritando y llorando. Bajamos cinco tramos de escaleras, pero parecían cien».
Al recordar esa noche, a Merry se le llenan los ojos de lágrimas: «Las calles estaban llenas de gente deambulando con sus pijamas mojados».
Merry y su familia temían que su casa hubiera sufrido daños estructurales, así que tomaron algunas pertenencias y se alojaron en una iglesia de la zona. Fue entonces cuando Merry descubrió que Dios quería usarla para llevar esperanza a su pueblo.
El terremoto provocó que más de 7000 personas de Alepo tuvieran que abandonar sus casas y alojarse en iglesias y monasterios en los primeros días. Nuestros colaboradores locales fueron los primeros en ofrecer ayuda. No todas las iglesias están preparadas para este tipo de crisis, así que Puertas Abiertas dio comida, agua, mantas, colchones y calefacciones a muchas de ellas, para que estuvieran preparadas para ayudar a sus comunidades, tan afectadas por los acontecimientos.
Merry participó en una formación de Puertas Abiertas a finales de 2022. El programa enseñaba a los participantes a usar el deporte para llevar la luz de Jesús a las personas y acercarlas a la iglesia. Durante la formación, Merry era responsable de la organización y las comidas, además de enseñar primeros auxilios.
Pero nunca se habría imaginado que pondría en prácticas esas habilidades en uno de los mayores desastres naturales de la década. Cuando Merry y su familia llegaron a la iglesia, la joven se puso manos a la obra de inmediato.
«Sentía que estaba de vuelta en la formación y, gracias a esa experiencia, programaba las comidas para la gente y ayudaba a distribuir comida y mantas. Me confiaron esa responsabilidad en la formación de Puertas Abiertas y volvieron a hacerlo tras el terremoto. No podía quedarme quieta, tenía que hacer algo».
Junto con su hermano y otros tres jóvenes que habían participado en la formación de Puertas Abiertas, Merry creó un equipo de socorro para ayudar a la gente tras los terremotos. El equipo recibió el apoyo de familiares y amigos que viven en el extranjero, y empezó a comprar, embolsar y distribuir paquetes de comida y productos de higiene para quienes lo necesitaran.
«Conocemos las fortalezas y las debilidades de cada uno, y nos dividimos las tareas, como si fuéramos un equipo de fútbol», comparte Merry. «Para nosotros, “ganar” significa ayudar a las personas y mostrar humanidad; tenemos que compartir un mensaje, el mensaje del amor. Pudimos mostrar más amor en los 12 días posteriores al terremoto que durante los 12 años de guerra».
Merry y sus amigos fueron tan solo una parte de la avalancha de apoyo impulsada por Puertas Abiertas hacia los cristianos sirios. Gracias a todas las oraciones y donativos, tras el terremoto de febrero Puertas Abiertas ha podido ayudar al pueblo de Dios en Siria con ayuda de emergencia —como ha hecho Merry— y apoyo a largo plazo para su recuperación.
Hemos proporcionado ayuda esencial en forma de cupones de uso único en metálico para 5038 familias. La economía del país ya estaba en ruinas antes del terremoto. Además, nuestros colaboradores han identificado a casi 2500 familias que necesitarán estos cupones durante seis meses.
Una parte crucial de la obra de los colaboradores de Puertas Abiertas ha sido asegurarse de que las casas de los creyentes vuelvan a ser seguras y habitables. La infraestructura de ciudades como Alepo y Latakia —en ambas habita un número considerable de cristianos— ya estaba en peligro, debido a tantos años de guerra civil y a la ocupación del Estado Islámico.
Nuestros colaboradores también han identificado 26 000 casas que necesitan una inspección. Gracias a tus ofrendas, los ingenieros ya han podido examinar 1200 de esas casas y más de 780 han sido reparadas o están en proceso. Se habían identificado 40 edificios de apartamentos que necesitaban un refuerzo, y nuestros colaboradores han podido arreglar 7 de ellos. Por otra parte, hemos proporcionado una ayuda al alquiler a 40 familias cuyas casas no estaban en condiciones de albergarlas.
Todavía queda mucho por hacer, pero Puertas Abiertas está comprometida a largo plazo con la comunidad cristiana de Siria. Nuestros colaboradores están organizando varios retiros para atender a los creyentes traumatizados, y los estudiantes de nuestra escuela terapéutica están dirigiendo sesiones bíblicas para sanar las heridas.
Nuestra meta es servir a los 50 000 cristianos de Alepo y Latakia, así como a los grupos más escondidos de creyentes que se han convertido del islam —una decisión que puede resultar muy peligrosa y difícil en Siria. Nuestro objetivo es fortalecer a la comunidad cristiana de Siria y evitar que desaparezca. Si seguimos proporcionando ayuda de emergencia y a largo plazo, la comunidad cristiana podrá seguir siendo sal y luz en el país.
Merry ha visto cómo la respuesta al terremoto ha impactado a la Iglesia. Antes del terremoto, la joven se sentía alejada de Dios. «A veces damos a Dios por sentado. Pero cuando clamé a Dios con todo mi corazón, nos salvó a mí y a mi familia, y volví a sentirle cerca», comparte la joven. «Tengo oídos nuevos para escuchar la alabanza y una mente nueva para comprender las predicaciones, y me estoy aferrando a su Palabra como nunca antes. “Esfuérzate y sé valiente, no temas”; estas palabras me acompañan cada día tras el terremoto. No tengo ni idea de dónde saco las fuerzas para hacer todo esto, pero sé que Dios estuvo a mi lado y lo sigue estando. Mi único deseo es que Dios se declare y se muestre a través de nosotros para que todos en Alepo y Siria sepan que Jesús es amor, y para que nosotros, sus hijos, seamos un buen ejemplo de ese amor», dice Merry con una sonrisa.
Señor, te doy las gracias por jovenes como Merry, que sirven a otros y les ayudan a salir adelante. Oro que tú le permitas ser sal y luz, y que los creyentes en el país mantengan viva la esperanza. Amén.